El derecho a guardar silencio. La Historia

La fascinaste historia sobre Ernesto Arturo Miranda.

Enero 22, 2020 - 13:57
Noviembre 1, 2020 - 12:30
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El derecho a guardar silencio. La Historia
Ernesto Arturo Miranda, foto de archivo policial.

El 2 de marzo de 1963 y luego de un largo día de trabajo en un cine de Phoenix, Arizona una adolescente de 18 años que padecía de trastornos generalizados del desarrollo  tomo el autobús público que le dejo en su parada exactamente a las 12:10 a.m. del siguiente día, de camino a su casa bajo el obscuro cielo desértico noto un auto que nunca había visto antes por aquellos lares, al pasar cerca de este un hombre se bajó del mismo, le agarro por detrás y mientras le tapaba la boca le dijo, ”Si no gritas no te hare daño”, ella aterrorizada apenas atinó a decir “Déjeme ir por favor, déjeme ir”  a la vez que este, le ataba las manos a la espalda y le introducía en la parte trasera del mismo.

El carro partió y por unos 20 minutos se alejó de la ciudad adentrándose en el desolado desierto hasta llegar a un área apartada donde la adolescente fue atacada sexualmente. El atacante luego de consumado su vil acto le pidió el dinero que llevaba y ella le entregó los $4 dólares que había ganado el día anterior y él le llevó de vuelta a la ciudad. Cuando ella se bajaba del carro y justo antes de echar a correr para huir de aquel monstruo ella recuerda que él le dijo “No me interesa si le cuentas a tu madre lo que ha pasado, pero reza por mí”. Al llegar a su casa y luego de 15 largos minutos de llanto y lamentaciones que le impedían hablar, le contó a su hermana lo que había sucedido quien horrorizada llamó a las autoridades he hizo una denuncia por secuestro y violación.

La policía envió un agente a su casa en las primeras horas del 3 de marzo de 1963 y la adolescente declaro lo sucedido dio algunos datos acerca del vehículo, que era gris o verde con asientos de vinil color oscuro a rayas, pero fue inconsistente al tratar de identificar al asaltante, pues primero le describió como mejicano, pero luego en otra declaración dijo que podía ser italiano o latino y que no tenía acento alguno. Una semana después su hermano político, que ahora le iba a esperar a la parada cuando ella regresaba, noto un vehículo como el descrito por Patricia pero alcanzó solo a distinguir las tres primeras letras DFL-???, el modelo y llamó a la policía. El Detective Carroll Cooley encargado del caso al cotejar en la base de datos encontró que la placa DFL-312 se ajustaba a las tres primeras letras y al modelo descrito de un auto que pertenecía a Twila N. Hoffman con dirección en Phoenix, AZ.

Luego de cotejar datos y concatenar pistas, la mañana del 13 de marzo de 1963 exactamente a las 9:00 AM, el detective Cooley y su compañero Wilfred Young tocaron a la puerta de Twila N. Hoffman, y preguntaron por Ernesto Arturo Miranda quién era la pareja actual de Twila, este que había regresado de un turno de 12 horas apenas se había acostado cuando Cooley le pidió si le podía acompañar a la estación de policía para conversar sobre un caso que estaban investigando.

Ernesto Arturo Miranda accedió y voluntariamente los acompañó hasta la estación donde fue colocado no más llegar en una línea de identificación (el escogió el numero 1) buscaron en las celdas de la policía a tres individuos con fisionomía similar y les alinearon detrás del espejo polarizado. Entonces por turno entraron a la habitación la adolescente violada Patricia Weir (un seudónimo utilizado por las autoridades para proteger a la adolescente) y luego a Barbara McDaniel empleada de un banco, quien había sido víctima de un robo a mano armada y ambas señalaron a Ernesto Arturo Miranda como “parecido” a su victimario. Como ellas no estaban 100% seguras, Los detectives sacaron a Ernesto Arturo Miranda y le llevaron a una habitación diferente para interrogarle.

Ernesto Arturo Miranda en la linea de identificación

 

¿Qué tal me fue? Pregunto Ernesto.

¡No muy bien, Ernie! Mintió uno de los policías

 

Ahora bien, Ernesto Arturo Miranda era un “conocido por las autoridades”. Había nacido en Mesa California en 1940 de padres Inmigrantes mexicanos y su madre falleció cuando tenía 6 años, su padre se casó unos meses después, su madrastra le maltrató y luego su padre se alejó de él. En el año 1954 cuando apenas estaba en 8vo grado, tuvo su primer desencuentro con la ley y fue sentenciado a libertad condicional por robo con fuerza en una casa pero no paso mucho tiempo cuanto fue atrapado por otro robo con fuerza y esta vez cumplió un año en un reformatorio. Apenas cuatro meses después regreso por otro año al reformatorio con apenas 16 años en 1956 esta vez por asalto e intento de violación.
Luego siguieron otras delitos como voyerismo y asalto a mano armada entre otros.

 

Cuando cumplió los 18 años, Ernesto Arturo Miranda quien vivía en California, tuvo que hacer sus maletas y regresar a Arizona, deportado por las autoridades californianas, se enroló en las Fuerzas armadas, pero sus constantes ausencias sin permiso así como nuevos cargos de voyerismo, le valieron una baja deshonrosa (estuvo solo 15 meses en ejército, seis de ellos en prisión). De vuelta a lo civil, esta vez robo varios autos por lo que cumplió otro año ahora ya como mayor de edad en una prisión federal.

Con estos antecedentes y la identificación (que no era concluyente) los detectives intuían que tenían al culpable así que comenzaron un interrogatorio que duró unas dos horas. Según Ernesto Arturo Miranda la policía le amenazó con que le iban a aplicar todo el peso de la ley si no confesaba, dijo también que le habían ofrecido indulgencia y que él se encontraba extenuado luego de un turno de 12 horas, que no había dormido en 48 horas y que la policía le acosaba constantemente repitiéndole que él era el culpable. Los detectives Carroll Cooley y Wilfred Young arguyeron (en el juicio de Miranda Contra Arizona) que nada de esto era cierto, que nunca le ofrecieron indulgencia, que no había habido abuso alguno por parte de ellos, y que él sabía lo que firmaba. Pero reconocieron que no le habían advertido que tenía el derecho constitucional de quedarse callado, pues la ley NO LO REQUERIA.

Quien quiera que dijera la verdad por lo sucedido en aquel interrogatorio, Ernesto Arturo Miranda se confesó culpable de los cargos de secuestro, violación, robo a mano armada y de otros 6 delitos sin resolver en el área, luego de su confesión verbal los detectives introdujeron a Patricia Weir en la habitación (que quería escuchar su voz para identificarle) y le preguntaron a Ernesto si ella era la chica que él había violado, este creyendo que ya había sido identificado anteriormente respondió con una sola línea:

Si, esa es la chica.

Los detectives le preguntaron si estaba dispuesto a escribir y firmar su confesión y le extendieron un papel formato donde firmaba el siguiente descargo de responsabilidad

YO Ernesto, A. Miranda, juro solemnemente que esta declaración es hecha voluntariamente y por propia voluntad, sin amenazas, coerción o promesas de inmunidad, y con el conocimiento pleno de mis derechos legales, a sabiendas que cualquier declaración que haga podría ser usada en mi contra.

Firmó su declaración, el fiscal le levanto cargos por secuestro y violación y el caso más citado en la justicia de los Estados Unidos había nacido.

El caso se juzgó a mediados de junio de 1963 y la fiscalía presento a Patricia, su hermana, los oficiales Cooley y Young y la confesión firmada, El abogado defensor (de oficio) Moore de 73 años era un experimentadísimo abogado con un récord impecable defendiendo violadores acusados (de 35 que había defendido solo uno había sido condenado por violación), él sabía que durante la detención de Ernesto Arturo Miranda se había violado la Quinta Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos que en su totalidad dice:

Ninguna persona estará obligada a responder de un delito castigado con la pena capital, o con cualquier otra pena, salvo en la presencia o acusación de un Gran Jurado, a excepción de los casos que se presenten en las fuerzas de mar o tierra o en la milicia, cuando se encuentre en servicio activo en tiempo de guerra o peligro público; ni ninguna persona estará sujeta, por la misma ofensa, a ser puesta dos veces en peligro de perder la vida o la integridad física; ni se le forzará a declarar contra sí misma en ningún juicio criminal; ni se le privará de la vida, la libertad o la propiedad sin el debido proceso legal; ni se ocupará su propiedad privada para uso público sin una justa indemnización.

Y la Sexta Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos que dice:

En toda causa criminal, el acusado gozará del derecho de ser juzgado pública y expeditamente, por un jurado imparcial del Estado y distrito en que el delito se haya cometido, distrito que habrá sido determinado previamente por la ley; así como de ser informado sobre la naturaleza y causa de la acusación; que se le caree con los testigos en su contra; que se obligue a comparecer a los testigos en su favor y de contar con la ayuda de Asesoría Legal para su defensa.

El juicio un 20 de junio de 1963 fue rápido y tajante, un jurado le condenó y el juez le sentenció a 20 años por secuestro y a 30 por violación que debían cumplirse concurrentemente. Pero el abogado Moore apeló inmediatamente la sentencia a la corte Suprema de Arizona. En su apelación preguntaba:
 

¿Fue la declaración verdaderamente voluntaria? ¿Se le explicó a una persona con apenas educación los derechos jurídicos provistos a todos los ciudadanos bajo la constitución de los Estados Unidos, las leyes y reglas jurídicas?

Miranda vs Arizona

Le tomo a la Corte suprema de Arizona 18 meses en revisar el caso, así mismo la intervención de dos abogados de renombre ayudados por un gran equipo todos contratados por la poderosa Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU en inglés) pero por un veredicto de 5 contra 4 la corte suprema de Arizona invalidó la confesión de Ernesto Arturo Miranda al considerar que se habían violado sus derechos constitucionales y el 13 de junio de 1966 concluyo que

La Fiscalía no podrá usar declaraciones ya sean exculpatorias o inculpatorias que surjan de un interrogatorio policial luego que la persona ha sido llevada en custodia o privada de su libertad de acción en cualquier forma a menos que se demuestre el uso de garantías procesales
eficaces para asegurar el privilegio de la Quinta Enmienda contra la autoinculpación

A partir de esta decisión la Corte suprema decidió que los oficiales policiacos debían asegurarse de que a los detenidos se les había advertido acerca de sus derechos constitucionales y así se formó la Advertencia Miranda que vemos hoy en la vida real y en todas las películas donde la policía detiene a un sospechoso

Tiene el derecho a guardar silencio. Cualquier cosa que diga puede y será usada en su contra en un tribunal de justicia. Tiene el derecho de hablar con un abogado y que un abogado esté presente durante cualquier interrogatorio. Si no puede pagar un abogado, se le asignará uno pagado por el gobierno. ¿Le han quedado claro los derechos previamente mencionados?

¿Pero y que fue de Miranda, le liberaron?

Al quedar anulada la evidencia principal contra Ernesto Arturo Miranda, su juicio anterior quedaba sin efecto pero Arizona no tenía intenciones de soltar a Ernesto Arturo Miranda, por lo que le mantuvo en prisión por el robo a mano armada cometido y se preparó para volverle a juzgar por los crímenes de secuestro y violación. Como no podían usar su confesión firmada un “golpe de suerte” vino en su ayuda, esta vez su excompañera Twila, quien estaba en un litigio con Miranda por la custodia de la hija de ambos, confesó (y testifico) que en una visita que ella le hizo luego de su arresto este le contó que él había violado a Patricia. Con esta nueva evidencia, en un nuevo juicio su sentencia fue ratificada en apenas 1 hora y 23 minutos de deliberación por parte de los cuatro hombres y ocho mujeres del jurado en 1967.

¿Qué fue de Miranda luego de la sentencia?

Miranda continúo sirviendo su sentencia hasta 1972 donde fue liberado bajo libertad condicional (cumplió un tercio de la misma) y aun cuando su fama iba en aumento (vendía tarjetas autografiadas con los derechos de Miranda por $1.50 dólares)


Pronto volvió a sus andadas y tuvo disimiles desencuentros con la ley y autoridades, le revocaron su licencia de conducción y cumplió cárcel por espacio de un año en 1975 al encontrársele un arma lo que era una violación de su libertad condicional. Salió nuevamente en diciembre del 1975.

En el anochecer del 31 de enero de 1976 mientras apostaba en partidas de póker en el bar La Amapola en los suburbios de Phoenix, contra Eseziquiel Moreno de 23 años y Fernando Rodrigo Zamora también de 23 ambos mexicanos indocumentados, una discusión por $2 dólares tuvo ha lugar según los varios testigos que estaban en el bar Eseziquiel le arrojo el dinero mientras le gritaba
“Ahí tienes tu dinero” a lo que Miranda le respondió “No, no de esa manera” y una pelea siguió a la discusión. Ernesto Arturo Miranda la termino rápidamente al noquear a Eseziquiel de un derechazo y luego comenzó a castigar a Fernando quien se desplomó hasta que el barman les amenazó con llamar a la policía si no se detenían inmediatamente y así lo hicieron.

Miranda fue hasta el baño a lavarse la sangre de sus puños y cuando salió Fernando se había marchado, pero Eseziquiel le esperaba afuera con un cuchillo (según el barman y los testigos Fernando lo había tomado de un borracho en el bar y le habría pasado el cuchillo a Eseziquiel) 

Miranda confronto a Eseziquiel nuevamente, pero luego de unos segundos cayó al suelo doblado en su estómago mientras la consola finalizaba la melancólica pieza en un silencio de muerte.

Los paramédicos que llegaron a los pocos minutos encontraron que Ernesto Arturo Miranda no respondía a la ayuda y allí en el piso de aquel bar fue declarado muerto a los 34 años.

La policía detuvo rápidamente a Fernando y le leyeron los Derechos de Miranda en inglés y español. También encontraron a Eseziquiel en el hotel Salt River, le leyeron sus derechos, y le tomaron una foto pero este negó haber estado en el bar o conocer a Miranda, por lo que no fue detenido. Mas tarde la policía le mostro la foto de Eseziquiel al barman quien lo identifico positivamente como el hombre que había apuñalado a Miranda, la policía regresó al hotel por Eseziquiel pero este había desaparecido del lugar y nunca más fue avistado. Hasta el día de hoy el asesinato de Ernesto Arturo Miranda es un caso frio.  
Su cuerpo reposa en el cementerio de Mesa, Arizona



Cosas que no sabias sobre Ernesto Arturo Miranda

 

1-El día en que la corte suprema comenzaba a revisar el caso de Miranda Vs Arizona la corte estaba desbordada por la prensa y asistentes, pero NO debido al caso a de Miranda, el primer caso de la mañana conllevó a la absolución del acusado de asesinato Dr. Samuel Sheppard, sobre quien la cobertura mediática había sido abrumadora. Posteriormente sobre este caso/personaje se produjo una serie televisiva y fue llevado al cine por Harrison Ford (Doctor Richard Kimble) y Tommy Lee jones (US Marshall) en el aclamado filme “El fugitivo”.

2-En 1968, Richard Nixon, preparándose para su candidatura presidencial, emitió una declaración en la que culpaba a Escobedo y Miranda de la creciente tasa de criminalidad de la nación: "El efecto acumulativo de estas decisiones ha sido casi descartar la 'confesión' como una medida efectiva y herramienta importante en el enjuiciamiento y la aplicación de la ley ".

3-El segundo juicio contra Miranda se programó para el 24 de octubre de 1966, apenas unos meses luego de la decisión de la corte suprema pero con el consentimiento de ambas partes fue pospuesto por cuatro meses más ya que Patricia Weir se había casado anteriormente he iba a dar a luz a su primer hijo.

4-Justo antes de comenzar el segundo juicio contra Ernesto Arturo Miranda El abogado defensor John Flynn (uno de los dos renombrados abogados que había apelado el juicio a la corte suprema) se encontró con su contraparte el también renombrado Fiscal general del Distrito Corbin y muy confiadamente le pregunto:

¿Por qué lo haces? Sabes bien que ya no tienes un caso solido (ahora que la confesión había sido eliminada)

Corbin le respondió:

Al menos voy a pelear (At least I’ll go down fighting).

Pero en la víspera del juicio Corbin recibió la inesperada visita de Twila Hoffman y más determinado aún entabló y ganó el segundo juicio contra Ernesto Arturo Miranda.

5-Twila Hoffman declaró en el juicio que luego de su arresto y en la primera visita que ella le hiciera, el acusado le había confesado que lo habia hecho y le pedido que visitara a Patricia y a su familia y les prometiera que si Patricia retiraba los cargos entonces él se casaría con la víctima.

6-En 1973 el abogado de Miranda, Flynn le escribió una carta a Twila, en nombre de Miranda solicitándole derechos de visita para la hija de ambos, la respuesta corta y concisa llego escrita con marcador grueso.
NO.
Esta carta es lo más parecido a un acoso. Cualquier otra comunicación al respecto acarreará una acción legal.

Twila Mae Spears. (se habia cambiado el nombre para distanciarse de la abrumadora cobertura)

7-La repercusión del caso Miranda vs Arizona transcendió las fronteras norteamericanas, en este estudio (en inglés) conservado en la librería del congreso de los Estados unidos, podéis consultar la equivalencia en los diferentes países.

8-Existen excepciones en las que la policía no necesita leer la advertencia Miranda, a los detenidos:

a-La preguntas rutinarias cuando estas siendo interrogado

b-Si confiesas a un informante o policía encubierto.

c-Si es necesario para salvaguardar al público circundante.

Esta es la historia detras del derecho a guardar silencio.

 

 

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